y no puedo evitar ponerme a pensar que eso es lo que me quiero todos los días; compartir horas y horas juntos y por mas que no digamos nada me conformaría solo con verte sonreír.
Pero tampoco puedo evitar pensar en el destino, que nos cruzo tarde... pero quizás me estoy equivocando, y en realidad llegó justo a tiempo.
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